Una noche, el pequeño Johnny, su hermano el pequeño Jimmy y su padre se sentaron a cenar.
El papá se volvió hacia el pequeño Jimmy y le preguntó:
“Pequeño Jimmy, ¿qué te gustaría comer primero?”
A esto el pequeño Jimmy respondió:
“Quiero algunos de esos guisantes”.
En un instante, papá le dio una bofetada al pequeño Jimmy.
“Ahora, ¿qué querías comer primero, Jimmy?” preguntó el papá.
“Quiero algunos de esos guisantes”, dijo Jimmy.
Luego, papá le dio un revés al pequeño Jimmy para sacarlo de su silla y cruzar la mitad de la habitación.
El pequeño Jimmy se lo quitó de encima y rápidamente regresó a la mesa.
Volviendo a la mesa, sin aliento y tratando de recuperar la compostura, el padre se volvió hacia su otro hijo, el pequeño Johnny, y le preguntó con calma:
“Bueno, pequeño Johnny, ¿qué te gustaría comer primero?”
El pequeño Johnny, mirando a su hermano en el suelo, se volvió hacia su padre y rápidamente exclamó:
“Bueno, puedes apostar tu dulce trasero a que ninguno de ellos golpea a Peas”.