Un anciano va a un restaurante y pide

Un anciano va a un restaurante y pide
Un anciano va a un restaurante y pide un plato de pollo.

Cuando la comida está lista y está a punto de comer, el camarero regresa y dice:

‘Señor, me temo que ha habido un error. Verás, ese policía que está sentado en la mesa de al lado es un cliente habitual nuestro y suele pedir el mismo plato.

El problema es que este es el último pollo de la casa.

¡Me temo que tendré que llevarle este plato y prepararle otro plato!

El anciano se enoja mucho y se niega a dejar su comida.

El camarero se acerca a la otra mesa y le explica la situación al oficial.

Unos minutos más tarde, el oficial se acerca a la mesa del anciano y le dice:

‘Escuchen y escuchen bien. Ese es MI pollo que estás a punto de comer y te lo advierto, hagas lo que hagas con ese pollo, te haré lo mismo. Tú le sacas una de sus patas, yo te saco una de las tuyas. ¡Tú le rompes una de sus alas, yo te romperé uno de tus brazos!’

El anciano mira tranquilamente al pollo, luego mete el dedo medio en el recto del pájaro, lo saca y lo lame.

Luego se levanta, se baja los pantalones, se inclina y dice: ‘¡Adelante!’

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