Mamá y papá eran dos viejos paletos que vivían en una granja en las colinas.
Papá ha descubierto que el agujero debajo del retrete está lleno.
Entra en la casa y le dice a mamá que no sabe qué hacer para vaciar el agujero.
Mamá dice: “¿Por qué no le preguntas a los jóvenes de la calle? Debe ser inteligente porque es un graduado universitario”.
Entonces papá conduce hasta la casa del vecino y le pregunta:
“Señor universitario, el agujero de mi letrina está lleno y no sé qué hacer para vaciarlo”.
El joven le dice: “Consíguete dos cartuchos de dinamita, uno con mecha corta y otro con mecha larga. Colócalos a ambos debajo de la letrina y enciéndelos a ambos al mismo tiempo.
El primero se disparará y disparará a la letrina en el aire.
Mientras está en el aire, el segundo se disparará y esparcirá la caca por toda la granja, fertilizando el suelo.
Luego, la letrina debería volver a bajar al mismo lugar encima del agujero ahora vacío”.
Papá le agradece al vecino, luego conduce hasta la ferretería y recoge dos cartuchos de dinamita, uno con una mecha corta y otro con una mecha larga.
Vuelve a casa y los pone debajo del retrete.
Luego los enciende y corre detrás de un árbol.
¡De repente, mamá sale corriendo de la casa y entra en el retrete! Se dispara el primer cartucho de dinamita, disparando la letrina por los aires.
¡AUGE! Sale el segundo cartucho de dinamita, esparciendo excremento por toda la granja.
Entonces, ¡PUM! La letrina se derrumba sobre el agujero.
Papá corre hacia la letrina, abre la puerta y pregunta:
“Mamá, ¿estás bien?”
Mientras se levanta las bragas, dice: “Sí, ¡pero me alegro de no haberme tirado un pedo en la cocina!”.