Un anciano acude a su médico quejándose de un dolor en la pierna que no desaparece y quiere un diagnóstico y una explicación.
El médico le examina la pierna, pero no encuentra nada malo.
Entonces le hace al anciano un examen físico completo y todavía no puede encontrar ninguna explicación posible para el dolor.
El médico le entrega la factura al paciente y le dice: “Lo siento, pero el dolor en tu pierna es causado simplemente por la vejez, no hay nada que pueda hacer al respecto”.
El anciano responde con cara de incredulidad: “¡Eso es imposible! ¡Eso no puede ser!
El Doctor dice: “¿Qué quieres decir? Yo soy el experto aquí; si sabes tanto, ¿cómo puedes decir que NO es vejez?”
El paciente responde: “No soy médico, pero no hace falta tener un título médico para saber que su diagnóstico es erróneo.
Está claro que estás equivocado. Después de todo, mi otra pierna se siente bien”.
“¿Así que lo que?” dice el médico “¿Qué diferencia hay?”
“Bueno, no duele ni un poquito y ¡es de la MISMA EDAD!”