La maestra pidió a la clase que usaran la palabra “fascinar” en una oración.
Molly levantó la mano y dijo: “Mi familia fue a la granja de mi abuelo y todos vimos su oveja mascota. Fue fascinante”.
La maestra dijo: “Eso estuvo bien, pero quería que usaras la palabra ‘fascinar’, no ‘fascinante'”.
Sally levantó la mano. Ella dijo,
“Mi familia fue a ver Rock City y quedé fascinado”.
La maestra dijo: “Bueno, eso estuvo bien, Sally, pero quería que usaras la palabra ‘fascinar'”.
El pequeño Johnny levantó la mano, pero la maestra vaciló porque el pequeño Johnny la había quemado antes.
Finalmente decidió que no había manera de que él pudiera dañar la palabra “fascinar”, así que lo llamó.
Johnny dijo: “¡Mi tía Carolyn tiene un suéter con diez botones, pero sus melones son tan grandes que solo puede abrochar ocho!”
La maestra se sentó y lloró.