Un adolescente está enamorado de una chica y decide invitarla al baile de graduación.
Las chicas aceptan y el chico está encantado. Como quiere que esta noche sea perfecta, decide que necesita vestirse lo mejor posible, así que un par de semanas antes del baile busca alquilar un esmoquin.
Cuando llega a la tienda ya hay gente esperando en la fila, pero él espera de todos modos y consigue su esmoquin.
Quiere que él y su cita lleguen con estilo, por lo que busca alquilar una limusina para pasar la noche.
Va al centro de limusinas y encuentra una fila de personas esperando para alquilar una limusina, pero espera pacientemente en la fila y logra alquilar una limusina para la noche de graduación.
La mañana del baile de graduación decide comprarle a su cita un ramo de flores.
Cuando llega a la floristería, ve una larga fila de personas esperando sus ramos.
Está molesto, pero espera pacientemente y logra comprar un gran ramo.
Durante el baile de graduación todo va bien, el chico baila con su cita y se lo pasa bien.
Su cita le susurra al oído si puede conseguirle un poco de ponche de frutas.
El niño mira hacia la mesa y no hubo ningún remate.