Un pequeño Johnny de 15 años llega a casa con un Porsche y sus padres comenzaron a gritar y chillar.
“¿De dónde sacaste ese auto?”
Les dijo con calma: “Lo compré hoy”.
“¿Con qué dinero?” Exigieron sus padres. “¡Sabemos cuánto cuesta un Porsche!”
“Bueno”, dijo el pequeño Johnny, “este me costó quince dólares”.
Los padres empezaron a gritar aún más fuerte.
“¿¡Quién vendería un auto como este por quince dólares!?” Ellos preguntaron.
“Era la señora de la calle”, dijo el niño, “no sé su nombre, se acaban de mudar. Ella me vio pasar en bicicleta y me preguntó si quería comprar un Porsche por quince dólares”.
“¡Oh Dios mío!” Jadeó la madre,
“¡Ella debe ser una abusadora de niños! ¿Quién sabe qué hará a continuación? John, sube allí y mira qué está pasando”.
Entonces el padre del niño caminó calle arriba hasta la casa donde vivía la señora y la encontró en su jardín tranquilamente plantando flores.
Se presentó como el padre del chico al que le vendió el Porsche por quince dólares y preguntó por qué.
“Bueno”, dijo, “esta mañana recibí una llamada telefónica de mi esposo. Pensé que estaba en un viaje de negocios, pero me enteré por un amigo que se había escapado a Hawaii con su secretaria y realmente no tiene intención de regresar.
Afirmó que estaba realmente abandonado y me pidió que vendiera su nuevo Porsche y le enviara el dinero. Así que lo hice.”