Dos ancianas, Dolly y Ruby, estaban hablando.

Dos ancianas, Dolly y Ruby, estaban hablando.
Dos ancianas, Dolly y Ruby, estaban hablando de sus nietos.

Dolly dijo: “Cada año envío a cada uno de mis nietos una tarjeta con un generoso cheque en su interior. ¡Nunca tengo noticias suyas ni recibo un mensaje de agradecimiento!

Responde Rubí. “Yo también les envío un cheque muy generoso. Escucho de ellos dentro de una semana después de recibirlo. De hecho, cada uno de ellos me hace una visita personal”.

“¡Wow!, ¿cómo es eso?”, remarcó Dolly.

“Solución muy sencilla: no firmo el cheque”.

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