Entra en una panadería para reunirse con el dueño.

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Un anciano francés se traslada a América y empieza a buscar trabajo.

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El propietario duda en contratarlo porque su inglés es muy pobre, por lo que decide intentar encontrar una excusa para no contratarlo.

“Está bien, te contrataré sólo si puedes expresarme el número 9 sin usar números ni letras”.

Y el viejo dice, con su fuerte acento:

“En Francia tenemos muchos árboles. Entonces árbol más árbol más árbol es igual a nueve”.

El dueño, sorprendido, dice con indiferencia.

“Bueno, eso fue fácil. Ahora necesito que expreses el número 99 con las mismas reglas”.

El anciano responde: “En Francia tenemos muchos árboles y a veces se ve mucho barro en los árboles. Así que árbol sucio, más árbol sucio, más árbol sucio, equivale a noventa y nueve”.

El propietario está impresionado, pero le preocupa tener que contratar al hombre.

“Está bien, si puedes responder a esta última pregunta, estás contratado. Expresa el número 100 usando las mismas reglas”.

El anciano responde: “Bueno, tengo un perrito y no le gustan los árboles sucios, así que lo llevo a caminar y él va a cada uno de los árboles y toma una pequeña cagada justo al lado de cada uno. Árbol sucio y un excremento, más árbol sucio y un excremento, más árbol sucio y un excremento, es igual a cien. Entonces, ¿cuándo empiezo?

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