La Reina y Dolly Parton mueren el mismo día y ambas van ante San Pedro para averiguar si serán admitidas en el cielo.
Desafortunadamente, solo queda un espacio ese día, por lo que San Pedro le pregunta a Dolly si hay alguna razón en particular por la que debería ir al cielo, entonces ella se quita la blusa y le dice: “Mira esto. Son los más perfectos que Dios jamás haya creado y estoy orgulloso de poseerlos.
San Pedro agradece a Dolly y le hace la misma pregunta a la Reina.
Luego se quita la falda y la ropa interior, saca una botella de Perrier de su bolso, la agita y se ducha con ella. San Pedro dice: “Está bien, majestad, puede entrar”.
Dolly está indignada.
Ella grita: “¿Qué fue todo eso? ¡¡¡Les muestro dos creaciones propias de Dios, ella hace un acto de higiene asqueroso y entra y yo no?!!!”
“Lo siento, Dolly”, dice San Pedro, “pero una escalera real supera a un par en cualquier momento”.