Un chico entra a un bar y se acerca al camarero.
Justo cuando el camarero está a punto de pedirle su pedido al cliente, oye sonar un teléfono.
El cliente se lleva la mano a la oreja y dice: “¿Hola? No cariño, estaré en casa en 20 minutos, amor.
tú, adiós”.
El camarero dice: “¿Qué diablos es eso?”
El cliente responde: “Es mi teléfono de mano… dame el número de tu casa para que puedas probarlo”.
Dicho esto, el barman le da el número de su casa y el cliente marca los números en su mano y la acerca a la oreja del barman.
La esposa del cantinero responde y él que está muy asombrado dice: “Yo… cariño… solo pensé en llamarte y decirte que te amo, ok, chao”.
El camarero dice: “¡Eso es increíble! ¿Cómo se consigue uno?
“Te lo diré cuando regrese del baño”.
30 minutos más tarde no hay señales del cliente y el camarero se preocupa, así que camina hacia el baño para asegurarse de que el chico esté bien.
Cuando entra, encuentra al tipo con los pantalones hasta los tobillos, inclinado con las palmas de las manos contra la pared y un largo trozo de papel higiénico colgando de su trasero.
“¿Qué demonios estás haciendo?” pregunta el barman incrédulo.
“Dame un segundo”, responde el hombre mientras gruñe y gime, “estoy recibiendo un fax”.