Un chico de 17 años entra a una farmacia.
Dice: “Me invitaron a la cena de Navidad en casa de mi nueva novia. Después espero que haya una posibilidad de tener suerte, ya sabes a lo que me refiero”.
Empleado: “¿Qué tal entonces los condones? Podrían resultar útiles. Aquí tienes un paquete”.
El joven, después de pagar, camina hacia la puerta, se detiene, sonríe y regresa: “Sabes qué, la mamá también está muy buena, creo que tomaré otro paquete, por si tengo más suerte”.
Llega la Nochebuena, el niño se sienta a la mesa y no dice una palabra.
Al rato su novia le dice: “si hubiera sabido que eras tan callado no te habría invitado”.
El joven responde “si me hubieras dicho que tu papá trabaja en la farmacia, no habría venido”.