Un chico llevó a su novia rubia a su primer partido de fútbol.
Tenían fantásticos asientos justo detrás del banquillo de su equipo.
Después del juego, le preguntó si le había gustado la experiencia.
“Oh, realmente me gustó”, respondió, “especialmente los pantalones ajustados y todos los músculos grandes, pero no podía entender por qué se mataban unos a otros por 25 centavos”.
Atónita, su cita preguntó: “¿Qué quieres decir?”
“Bueno, lanzaron una moneda, un equipo la recibió y luego, durante el resto del juego, lo único que siguieron gritando fue: ‘¡Traigan al mariscal de campo! ¡Consigue al mariscal de campo! Yo digo, ¿hola? ¡Son sólo 25 centavos!