Un hombre viajaba en un autobús lleno ocupándose de sus propios asuntos.
Cuando la hermosa mujer a su lado comenzó a alimentar a su bebé.
El bebé no quiso aceptarlo y ella dijo:
“Vamos cariño, cómelo todo o tendré que dárselo a este buen hombre que está a nuestro lado”.
Cinco minutos más tarde el bebé todavía no se alimentaba.
Entonces ella dijo: “Vamos, cariño. Tómalo o se lo daré a este buen hombre”.
Unos minutos más tarde, el hombre ansioso soltó: “Vamos, chico. ¡Decídete! ¡Se suponía que debía bajarme hace cuatro paradas!