Un marido y una mujer fueron al recinto ferial.


Un marido y una mujer fueron al recinto ferial.

La esposa quería subirse a la noria, pero el marido no se sentía cómodo con eso.

Entonces la esposa se fue sola al viaje.

La rueda dio vueltas y vueltas y de repente la esposa salió despedida y aterrizó hecha un montón a los pies de su marido.

“¿Estás herido?” preguntó.

“¡Por supuesto que estoy herido!” ella respondio.

“¡Tres vueltas y no saludaste ni una sola vez!”

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