Una pareja italiana de recién casados pasa su luna de miel en la casa de campo de la madre de la novia.
Estamos en la década de 1930, el padre de la novia murió hace mucho tiempo y no tienen mucho dinero, así que esto es lo mejor que pueden hacer.
La nueva novia, una joven encantadora, nunca ha salido de su pueblo y nunca antes ha estado con un hombre.
Su nuevo marido se sienta solo en el piso de arriba mientras ella le cuenta a su madre lo nerviosa y asustada que está por estar con un hombre por primera vez.
“No te preocupes” Su madre le dice “Yo me quedo aquí y hago los espaguetis, tú sube y diviértete un poco”.
La joven sube las escaleras y se dispone a consumar su matrimonio.
Su marido, sentado en la cama sonriendo, comienza a quitarse la camisa.
Como nunca antes había visto un pecho peludo, la joven novia se asusta y corre escaleras abajo.
“¡Mamá!” ella dice “¡Es tan aterrador! Tiene pelo en el pecho”.
“Cálmate, pequeña”, dice su madre, removiendo la salsa.
“Todo va a estar bien. Yo me quedo aquí y hago los espaguetis, tú sube las escaleras y te diviertes un poco”.
Entonces la joven novia vuelve arriba.
Su nuevo marido se quita los zapatos y se baja los pantalones.
Como nunca antes había visto piernas peludas, se asusta y corre escaleras abajo.
“¡Oh, mamá!” ella grita “¡Es tan aterrador! Tiene pelos en las piernas”
“Está bien”, dice su madre con voz tranquilizadora.
“Me quedo aquí y hago los espaguetis. Subes las escaleras y te diviertes un poco”.
Entonces la novia vuelve arriba.
Su nuevo marido ahora sólo lleva ropa interior y calcetines.
Ella se queda en la puerta, se recompuso y le sonríe a su novio.
Se sienta en la cama y se quita los calcetines.
Sin embargo, el hombre había luchado en la Gran Guerra y resultó herido por una mina terrestre.
Le voló todos los dedos del pie y parte del pie izquierdo.
La nueva novia, sabiendo que esto no era normal, gritó de miedo y corrió escaleras abajo.
“¡Mamá! ¡Mamá! ella grita. ¡Es tan aterrador! Dios mío, mamá, nunca antes había visto algo así. ¡No lo vas a creer mamá, pero tiene un pie y medio!
La madre deja de revolver la salsa y mira a su hija con incredulidad.
Después de una breve pausa, ella dice: “Está bien, cariño, no te preocupes. Tú quédate aquí y haz los espaguetis… Yo subo y me divierto un poco”.