El primer día de su luna de miel, la ingenua y pura novia rubia se puso un bonito pero dulce camisón y,
Con gran anticipación, se metió en la cama, solo para descubrir que su nuevo esposo cristiano se había acomodado en el sofá.
Cuando ella le preguntó por qué aparentemente no iba a hacer el amor con ella, él respondió: “Porque es Cuaresma”.
Casi llorando, comentó: “¡Bueno, eso es lo más ridículo que he oído en mi vida!
¿A quién se lo prestaste y por cuánto tiempo?