Un hombre va al médico y le dice: “Doctor, tengo este problema, ¿sabe? Sólo tiene que prometerme que no se reirá”.
El médico responde: “¡Por supuesto que no me reiré!
Eso sería completamente poco profesional.
En más de veinte años como médico, nunca me he reído de un paciente”.
“Está bien”, dice el hombre y se baja los pantalones.
El médico es recibido por la visión del pene más pequeño que jamás haya visto en su vida.
A pesar de sus mejores esfuerzos, comienza a reír, primero suavemente y luego incontrolablemente.
Varios minutos después logra recomponerse y se seca las lágrimas de los ojos.
“Lo siento mucho”, le dice al paciente.
“No sé qué me pasó, no dejaré que me vuelva a pasar.
Ahora ¿cuál parece ser el problema?
El hombre mira al médico con ojos tristes y le dice: “Está hinchado”.