Para el cumpleaños de Michael, su esposa quería darle una sorpresa cuando regresaba del trabajo.
Después de una cuidadosa consideración, decidió desnudarse y envolverse en saran desde los hombros hasta los tobillos.
Muy pronto Michael entra a su casa exhausto por un duro día de trabajo.
Camina por la cocina, deja su lonchera y escucha a su esposa decir: “¡Cariño! Estoy en la sala.”
Al doblar la esquina, la ve envuelta en plástico.
Después de echar un vistazo rápido, inmediatamente dice: “¡Sobras otra vez!”